El miércoles 25 de octubre, el profesor investigador de la UDD de Faro, Dr. Víctor Espinosa, participó del coloquio sobre la Esencia del Desarrollo Económico en el Saint John’s School de Concepción, Chile. Junto a 30 estudiantes de secundaria, el profesor Espinosa discutió tres temas centrales para comprender qué es el desarrollo económico y cómo lograrlo a través de una dinámica de deducciones lógicas basadas en la introspección.
Primero, el concepto de acción humana como comportamiento deliberado y la función empresarial inherente a cada acción como toma de decisiones juiciosas en condiciones de incertidumbre nos permiten entender el mercado como un proceso de intercambios voluntarios de derechos de propiedad. Los intercambios en el mercado (el vehículo) consisten en ofertas y demandas de soluciones a problemas del prójimo guiadas por el sistema de precios (el combustible), ya que facilitan el cálculo económico que se refleja en la contabilidad (pérdidas y ganancias) y las expectativas. El cálculo económico orienta la oferta a partir de las valoraciones subjetivas de los demás en un proceso dinámico de coordinación social. En este sentido, instituciones como reglas formales (constituciones, leyes, derechos de propiedad) y reglas informales (sanciones, tabúes, costumbres, tradiciones y códigos de conducta) pueden facilitar u obstaculizar la coordinación social.
En segundo lugar, el crecimiento económico como aumento porcentual de la producción de un país en un período (PIB) puede ser sostenible o insostenible. Por un lado, un crecimiento sostenible (de largo plazo) depende del libre ejercicio de la función empresarial y de la acumulación de capital (físico y humano). El proceso de mercado es dinámicamente eficiente porque la única manera de prosperar es dirigir continuamente el intelecto a resolver los problemas de los demás y el sistema de precios guía qué, por qué, cómo, cuánto, para quién, a qué precio producir o consumir. Por otro lado, el crecimiento insostenible (de corto plazo) depende de una política fiscal y monetaria que distorsiona el sistema de precios y, con él, la producción y distribución económica de bienes. El desarrollo económico es, por tanto, la ampliación de soluciones a problemas cada vez más complejos de otros, que surge del crecimiento económico sostenible. La libertad como ausencia de coerción institucional facilita el crecimiento económico y el desarrollo porque las personas pueden expresar sus preferencias legítimas participando en el mercado o absteniéndose de hacerlo.
Finalmente, los riesgos de confiscación entendidos como la posibilidad de que una persona sea privada de su propiedad anticipan menores niveles de emprendimiento, ahorro e inversión, lo que a su vez genera más desempleo, pobreza e indigencia. Estos son la falta de orden público, la desigualdad jurídica, los impuestos y regulaciones confiscatorias, las barreras al comercio internacional, la manipulación política del dinero y el crédito (inflación) y la deuda estatal cada vez más insostenible (default). Por lo tanto, un criterio estándar de evaluación de políticas públicas es si ésta promueve o restringe la función empresarial y la acumulación de capital. Si así fuera, la política pública será propicia para el desarrollo económico y, por el contrario, será un obstáculo para lograrlo.