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Investigadores de Faro UDD exponen en el seminario «Rethinking Free Society»

Los académicos Felipe Schwember, de Faro UDD, y Eduardo Fuentes, del Instituto de Filosofía USS, organizaron el seminario titulado «Rethinking Free Society», en el que reunieron a destacados profesionales para debatir temas fundamentales sobre la libertad y el rol de las instituciones en nuestras sociedades.

En este contexto, Schwember presentó su ponencia titulada «El sentido de la vida como fundamento de los derechos individuales: algunas reflexiones a propósito de ASU». En su intervención, el profesor exploró una posible justificación de los derechos naturales libertarios a partir de la “conjetura de Nozick”, según la cual tales derechos están conectados con el sentido de la vida. Más específicamente, Schwember argumentó que esta conjetura puede servir como fundamento de esos derechos si se entiende que la libertad política y civil es una condición necesaria, aunque no suficiente, para el sentido de la vida. Esta interpretación permite justificar dichos derechos sin recurrir a argumentos metafísicos controvertidos en las sociedades democráticas contemporáneas.

A continuación, Lucas Miranda presentó su ponencia titulada «La ingeniería social fragmentaria como ética profesional de los expertos». En su exposición, argumentó que tanto el liberalismo clásico como el “neoliberalismo” han carecido de una reflexión profunda sobre la ética profesional de los expertos económicos. Dado el impacto que los economistas liberales tuvieron en las políticas económicas y sociales del siglo XX, la importancia de esta reflexión ética ha sido aún mayor. Sin embargo, en ausencia de una reflexión ética explícita, los economistas han adoptado en ocasiones la regla de decisión maxi-max, que elige la política cuyo mejor escenario es el mejor en comparación con los mejores escenarios de otras políticas. Esta regla no toma en cuenta los peores escenarios posibles, lo que la convierte en una mala opción desde el punto de vista ético. Miranda atribuyó esta deficiencia a una concepción inadecuada entre la economía positiva, normativa y el arte de la economía. Propuso la idea de la ingeniería social fragmentaria de Popper como una ética adecuada para afrontar este problema. Según esta propuesta, al realizar reformas de manera gradual y depender la extensión de las mismas de la posibilidad de atribuir los efectos a las intervenciones, la ingeniería social fragmentaria permite introducir el proceso científico en las políticas públicas.

Luego fue el turno de Lucas Miranda quien abordó «La ingeniería social fragmentaria como ética profesional de los expertos». En su ponencia sostuvo que tanto al liberalismo clásico como el “neoliberalismo” han carecido de una reflexión profunda sobre la ética profesional de los expertos económicos. Dado el impacto que los economistas liberales tuvieron en las políticas económicas y sociales del siglo XX, la importancia de esta reflexión ética ha sido aún mayor. Sin embargo, en ausencia de una reflexión ética explícita, los economistas han adoptado en ocasiones la regla de decisión maxi-max, que elige la política cuyo mejor escenario es el mejor en comparación con los mejores escenarios de otras políticas. Esta regla no toma en cuenta los peores escenarios posibles, lo que la convierte en una mala opción desde el punto de vista ético. Miranda atribuyó esta deficiencia a una concepción inadecuada entre la economía positiva, normativa y el arte de la economía. Propuso la idea de la ingeniería social fragmentaria de Popper como una ética adecuada para afrontar este problema. Según esta propuesta, al realizar reformas de manera gradual y depender la extensión de las mismas de la posibilidad de atribuir los efectos a las intervenciones, la ingeniería social fragmentaria permite introducir el proceso científico en las políticas públicas.

Por último, Pablo Paniagua se refirió a su recién lazando libro «Polycentric Governance and the Good Society».  Reconociendo inspiración en Tocqueville, Weber y Ostrom, Paniagua destacó la importancia de la participación y organización social, la solución de problemas de coordinación por los propios ciudadanos, más allá de la votación periódica, como un elemento central de la salud de las democracias. Apuntó a que los populismos que se esparcen por el mundo, los cuales se impacientan o directamente se oponen a los contornos de la democracia liberal, son un síntoma del estancamiento que ha generado el paradigma monocéntrico. El policentrismo contribuiría a evitar que los conflictos escalen, dado que habría más capacidades para solucionarlos a nivel local y experimentar con soluciones cuyo impacto posiblemente negativo se reduciría en comparación a las soluciones monocéntricas. Señaló a Suiza y su sistema de cantones como un ejemplo de gobernanza policéntrica.

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