Figuras latinoamericanas abordan el rol Vargas Llosa en la literatura y en las ideas de la libertad

Faro UDD, en conjunto con la Cátedra Vargas Llosa organizó el webinar titulado “Vargas Llosa: Literatura y Libertad”. En éste se exploró la profunda huella del Premio Nobel peruano en la cultura y el pensamiento hispanoamericano, destacando su legado como una voz valiente y autónoma en defensa de la democracia, la libertad de expresión y los derechos humanos.

La conversación fue moderada por Cristián Warnken y contó con la participación de Rocío Guijarro, gerente general de Cedice (Venezuela); Gina Montaner, periodista cubano-española; y Antonio García Ángel, escritor colombiano.

Uno de los ejes centrales del diálogo fue la valentía intelectual de Vargas Llosa al romper con la izquierda latinoamericana. Gina Montaner recordó que el “Caso Padilla” en Cuba, en 1971 —cuando el poeta Heberto Padilla fue obligado a realizar una confesión pública—, marcó un punto de inflexión en su pensamiento. A partir de ese momento, el autor tomó distancia de la Revolución Cubana y abrazó un liberalismo laico y no dogmático, comprometido tanto con las causas sociales como con los derechos individuales.
Warnken definió esa trayectoria como la de un “tábano socrático”, un espíritu crítico que incomoda y cuestiona, tal como el propio Vargas Llosa se describía: “el eterno aguafiestas”.

Y es el compromiso de Vargas Llosa con la libertad trascendió la literatura. Desde Venezuela, Rocío Guijarro destacó su apoyo a las instituciones y movimientos democráticos que enfrentaban regímenes autoritarios, especialmente durante el auge del chavismo. Recordó además un gesto emblemático del escritor: la donación del Premio Rómulo Gallegos (1967) a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con el fin de ayudar a escritores cubanos disidentes. Un acto que, más allá del simbolismo, reafirmó su convicción de que la palabra también puede ser un instrumento de resistencia.

Por último, el escritor Antonio García Ángel, quien fue tutorado por Vargas Llosa en un programa de mentoría de Rolex, resaltó su generosidad y respeto por la libertad creativa. El Nobel lo impulsó a “cultivar la ambición literaria” y a asumir la escritura como una búsqueda rigurosa y apasionada.
Durante la conversación se destacó la versatilidad del autor, capaz de moverse entre la novela histórica (La guerra del fin del mundo), el humor (La tía Julia y el escribidor) y el ensayo, siempre utilizando la ficción como un medio para desnudar las crueldades del poder.
El encuentro concluyó con una reflexión compartida: la humildad y coherencia de Vargas Llosa son tan admirables como su obra. Los panelistas invitaron a las nuevas generaciones a leerlo, debatirlo y mantener vivo su legado de valentía intelectual y compromiso con la libertad.

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